Limpieza de la placa correctora de un C8 Schmidt-Cassegrain

La última vez que utilicé mi C8 SCT fue en una noche bastante húmeda, y olvidé ponerle el protector de rocío rápidamente, por lo que muy pronto la placa correctora de mi telescopio se empañó bastante. Al terminar la sesión, tuve que dejar el tubo abierto por un buen rato dentro de mi casa para hacer que se evaporara toda esa humedad. No obstante, al par de semanas, para mi desgracia, me di cuenta que la placa correctora tenía las marcas inequívocas de hongo en su superficie. Después de hacer una búsqueda en internet, decidí limpiar la placa correctora yo mismo.  Aquí están los detalles de la actividad de limpieza.

El C8 siempre ha estado almacenado en su caja original de empaque con una buena cantidad de sacos de dehumidificadores, pero al parecer la humedad de la última noche que lo usé se quedó dentro del telescopio de todas maneras, en combinación con las muchas lluvias que han habido recientemente por el área. Mi mayor preocupación era que el hongo estuviera en la superficie interior de la placa correctora, y decidí intentar sacarla para examinarla con más detalle. Además, mi otro objetivo era sacar el telescopio de su caja y almacenarlo en alguna otra parte, ya que la caja de por sí tenía que contener mucha humedad absorbida del ambiente. Yo guardo mis telescopios en un cuarto vacío de mi casa, por lo que aunque no están expuestos a la interperie, la caja de cartón sí lo está a la humedad del ambiente.

Monté el telescopio en mi montura manual SkyView AZ, la cual serviría como una estación de limpieza muy conveniente, ya que el telescopio iba a quedar a una altura muy conveniente para trabajar en él. Lo primero que se hace para limpiar la placa correctora es asegurarse de despegar con aire cualquier partícula grande que esté sobre la placa, ya que luego cuando se empiece la limpieza profunda, estas partículas podrían rayar la superfice de la placa. Se recomiendan las bombas manuales de aire, como las que se usan para los lentes fotográficos y cámaras, pero no se recomiendan los envases de aire comprimido, ya que el líquido propulsor podría caer sobre la placa y dañarla. En mi caso, y pensando en que me serviría luego con el rocío, decidí comprarme un pequeño «blower» de pelo, el cual tira aire caliente o frío.

Para esto usé el modo de aire frío del «blower», no el modo de aire caliente.

En todo el internet hay muchos métodos publicados para mezclar soluciones de limpieza de lentes. Algunos ejemplos, agua destilada y una gota de jabón, alcohol puro, «Windex» filtrado, y múltiples mezclas de los antes mencionados. Al final, decidí utilizar alcohol 91%, el cual es muy concentrado y vólatil (para no dejar rastros) y fácil de conseguir en cualquier farmacia. Para limpiar la placa correctora, utilicé unas almohadillas de algodón sin ninguna fragancia o tinte.

Ahora empicza lo importante: Sacar el anillo retenedor que aguanta la placa correctora. Éste está sostenido por 6 tornillos, lo cuales deben sacados cuidadosamente para evitar que caigan sobre la placa correctora. Para que no se pierdan, los puse en un envase aparte. Además, procuré marcar con un «Sharpie» sobre el anillo retenedor el hueco del tornillo inferior de manera que el anillo retenedor se pueda poner de vuelta en la misma posición original.

Debajo del anillo retenedor se aprecia la placa correctora, la cual está aguantada por tres pequeñas piezas de caucho. En mi telescopio sólo pude observar 2 de ellas en vez de tres, algo que no me puedo explicar, pero que no profundizaré ya que la placa corerctora se veía sólida en su lugar.

Después de quitar con aire cualquier partícula grande, utilicé una pequeña brocha del tipo que se usa para maquillaje, el cual al pasarse suavemente por la superficie de la placa permite remover partículas de polvo que no estén muy pegadas a ésta. Lo importante es no aplicar presión y permitir que la brocha se deslice por la superficie sin esfuerzo.

El plan es limpiar la cara exterior de la placa correctora, y si existe hongo en la cara interior de la placa, se sacará la placa y se volteará para limpiar el lado opuesto. Es sumamente importante que la posición del telescopio sea un poco elevada, ya que así se evitará que si se despega la placa correctora, no se caerá al piso, sino que se mantendrá sostenida en su sitio. Antes de empezar la limpieza, procuré también marcar con el sharpie tanto el borde de la placa correctora como el tubo óptico para asegurar que durante el ensamblaje final la placa quede en su posición rotacional exacta, ya que sino perderá su alineación con el espejo primario, lo cual debemos evitar a toda costa.

Para limpiar la placa correctora, se siguió el siguiente procedimiento: siguiendo un movimiento radial, pase un algodón bastante humedecido en alcohol desde el centro de la placa hacia la parte de afuera, seguido por otro algodón, esta vez seco, por el mismo sitio, para eliminar cualquier residuo que se haya quedado. No utilice presión, sino que deje que el algodón se deslice por la superficie. Utilice un algodón diferente por cada movimiento, para evitar ensuciar nuevamente la placa.

Si permanecen residuos después de limpiar un área, repita nuevamente y suavemente la limpieza por el lugar para reducirlos. Recuerde siempre hacer un movimiento radial de adentro hacia afuera, y descartar el algodón después de cada movimiento. Procure remover todo el hongo que esté posado sobre la superficie de la placa.

Aunque es posible que queden algunas marcas de residuos, no se preocupe, ya que no afectan en nada la observación, y son mucho mejores que tener hongo en la óptica.

Afortunadamente, después de limpiar la cara exterior de la placa correctora, me di cuenta que no había hongo en la cara interior, por lo que eliminé todo el hongo que había en la placa. Aquí está el resultado:

Hay que instalar el anillo retenedor nuevamente y con mucho cuidado. Es mejor poner los tornillos en un modo cruzado para evitar deformaciones en la placa, y no deben ser apretados con mucha fuerza, ya que la placa es bastante fina y frágil. Hay que procurar que el hongo no se vuelva a formar fácilmente en la placa, por lo que en mi caso la caja de cartón ya no es un lugar viable para almacenar el telescopio. Buscando en internet un bulto para el C8, me di cuenta que todos son muy caros, por encima de los $100. Mi solucón es la siguiente: compré en Walmart una caja de plástico transparente en la cual cabe el telescopio, y un rollo de «foam» en la sección de manualidades. Cubrí el interior de la caja plástica con el «foam» y puse el telescopio adentro. ¡Perfecto almacenamiento!

La caja me costó unos $10 y el «foam» unos $20, por lo que todo el almacenamiento me salió en unos $30, muy por debajo de los más de $100 que cuestan los bultos especializados para los C8.

Para terminar, quisiera comentar que al principio me dio un poco de temor limpiar la placa correctora por mi cuenta, pero es cuestión de perderle el miedo y atreverse. No es díficil después de que uno empieza, pero eso sí, hay que tener calma y paciencia para lograr limpiar el telescopio satisfactoriamente.