En estas noches de luna, es muy común el que nos detengamos a observar por un momento el resplandor y la belleza de nuestro satélite natural. Pero, ¿por qué siempre vemos el mismo lado de la luna? Si ésta da vueltas alrededor de la Tierra y también alrededor de sí misma, por qué no podemos ver su lado posterior?
Todo esto tiene que ver con la fuera gravitacional que la Tierra ejerce sobre la Luna. Cuando la Luna se estaba formando, la roca fundida que brotaba de su interior era atraída hacia el lado más cercano a la Tierra, haciendo que hubiera más masa hacia ese lado. La fuerza gravitacional de la Tierra lógicamente atraía esa región lunar con más masa hacia sí, forzando con el paso del tiempo a que esa cara pasara más tiempo orientada hacia la Tierra, frenando lentamente su rotación relativa a nuestro planeta. Esto causó eventualmente que la cara cercana a la Tierra estuviera orientada permanentemente hacia nosotros. El hecho que la roca fundida se aglutinara mayormente hacia el lado cercano de la Luna explica también por qué éste es mucho más «liso» y con las zonas conocidas como «mares», en comparación con el lado lejano, el cual presenta una superficie mucho más accidentada. La Luna sigue rotando, sólo que ahora se tarda en hacer una rotación sobre sí misma exactamente lo mismo que se tarda en dar una vuelta alrededor de nuestro planeta. ¿Quiere comprobarlo? Busque a una persona, y pídale que dé algunas vueltas alrededor de usted, manteniendo siempre contacto visual. Si se da cuenta, la persona dio una vuelta sobre sí misma, justo en el momento que da una vuelta exacta alrededor de usted.
Lo interesante del caso es que así como la Tierra ejerce su fuerza gravitacional sobre la Luna para mantenerla fija hacia nosotros, la Luna también ejerce un efecto gravitacional sobre nosotros, aparte del fenómeno conocido como las mareas. La Luna también hace que la Tierra rote ligeramente más lento con el paso de los años. Por cada aproximadamente 60,000 años que pasan, la Tierra se tarda un segundo más en completar una rotación. Esto significa que podría llegar el momento en el futuro muy, muy lejano en que la Tierra y la Luna se presenten la misma cara siempre. O sea, que en partes de la Tierra se podrá ver la luna, y en otras no. ¡Interesante!
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