Cuando la luna no se encuentra en su fase llena, hay una zona de su superficie que está oscuras, o sea que no está iluminada por el sol. No obstante, en ciertas noches, se pueden apreciar muy tenuemente algunos de los rasgos de esta superficie en penumbra. ¿De dónde proviene la luz que ilumina esta zona? De igual forma en que la luna refleja la luz del sol, lo cual nos permite verla, la Tierra refleja una cantidad de luz solar suficiente como para iluminar la parte de la luna que está a oscuras.
Este fenómeno, conocido como luz cenicienta (en inglés se conoce como «planetshine»; en el caso de la Tierra en específico, «earthshine»), ha sido observado desde tiempos antiguos. Leonardo da Vinci, en el siglo 16, hizo este dibujo mostrando lo que él veía en la parte oscura de la luna:
La luz cenicienta se puede utilizar para medir el albedo o brillantez de la superficie de nuestro planeta, e indirectamente la cantidad de nubosidad existente en nuestra atmósfera, debido a que las nubes reflejan muy bien la luz del sol. El estudio de este fenómeno puede contribuir también a entender mejor los cambios climáticos que han ocurrido con el paso del tiempo.
La luz cenicienta no sólo ocurre en nuestra luna, sino que en otros planetas también puede ocurrir este fenómeno. La imagen de abajo muestra la parte oscura de la luna Iapetus siendo iluminada por la luz solar reflejada desde el planeta Saturno:
Para observar la luz cenicienta no se necesitan instrumentos ópticos, especialmente si la luna está en una fase creciente o menguante donde la parte iluminada no sea tan amplia. Con unos binoculares, sin embargo, este fenómeno es fácilmente observable.
Debe estar conectado para enviar un comentario.