En estos momentos, me encuentro afuera observando la luna en su fase menguante a través de mi refractor 150mm f8 y un ocular TMB Super Planetary II de 6mm para una magnificación de 200x. Bajo esta magnificación, me he dedicado a observar la zona de Mare Crisium con detenimiento por desde ya hace un rato, ya que me fascina el ver cómo la luz solar va retrocediendo entre las cordilleras que rodean a este mar, el cual parece ser un cráter ancestral que se llenó de lava posteriormente. Esto podría explicar el bajo albedo que tiene su superficie. Ya sólo aproximadamente la mitad de este mar está actualmente visible, y grandes sombras se proyectan desde las montañas occidentales de su borde.
Un poco más al sur, la superficie del cráter Cleómedes se encuentra completamente en la oscuridad, con sólo su pico central recibiendo los últimos rayos de luz que verá hasta dentro de aproximadamente un mes, cuando la luna en su fase creciente gibosa vuelve a iluminar su interior. Las montañas de su borde oriental brillan intensamente, ya que se levantan por encima de la oscuridad del terminador, pero en algunas horas también quedarán sumidas en la oscuridad. Me resulta impresionante el efecto de luces y me imagino parado en esa montaña central, viendo cómo el sol se esconde entre las montañas, y la oscuridad del universo empezando a rodearme por completo. ¡Qué impresionante vista sería!
Volviendo a Mare Crisium, estuve observando un rato su frontera sureste, donde se encuentra Agarum Promontory, un área donde algunos han avistado una especie de brumosidad en la zona, lo que podría ser uno de los llamadas «fenómenos transientes» que algunos han observado en ésta y otras regiones de la superficie lunar.
Ya en estos momentos, las inevitables nubes han empezado a cubrir la luna, por lo que aquí acabo mi pequeña sesión de observación.